domingo, 23 de junio de 2013

Compromisos de competitividad



Cambiar la matriz productiva: Compromiso social para una mayor competitividad y desarrollo económico


Por: Gabriela Vilela Govea, MSc.
gvilela@espol.edu.ec

Un aspecto de vital importancia para la economía de un país es su matriz productiva. Ésta se determina por los sectores de la producción de bienes y servicios y se forma según el grado de importancia relativa que tienen sobre el desarrollo nacional, que permita generar innovación, inversión, empleo, producción, comercio interno y externo, entre otros.

Al leer la historia económica de nuestro país, podemos notar al menos dos matrices productivas. La primera fue agropecuaria, este estilo de desarrollo existió desde tiempos precoloniales hasta 1972 y se caracterizó por el boom en la producción del cacao y banano durante los siglos XIX y XX. Luego, la segunda  matriz fue predominantemente petrolera y un poco agropecuaria. Modelo que existe hasta hoy y que ha permitido avanzar hacia una moderada industrialización, que se ha visto limitada por su competitividad.

Aunque las tasas de crecimiento económico del país han sido, en promedio, de las mejores obtenidas durante los últimos años, el Informe Global de Competitividad 2012–2013, realizado por el Foro Económico Mundial durante el último trimestre del año anterior, ubicó a Ecuador en el puesto 86 de los 144 países evaluados respecto a variables micro y macroeconómicas categorizadas en estados de desarrollo como requerimientos básicos, eficiencia e innovación. Esto se hace realidad al comparar nuestra evolución económica respecto a nuestros vecinos regionales.

Con este antecedente cabe preguntarnos: ¿En qué estamos fallando?. Algunas razones que llevan a mantener debilitada la competitividad son, por ejemplo, intentar desarrollar innovación en base a imitación de ideas y limitada infraestructura, retrasar constantemente las negociaciones con socios comerciales vitales como la Unión Europea, Estados Unidos y Países Latinoamericanos, o, no brindar las garantías ni condiciones necesarias o adecuadas para la producción y comercialización sin distorsiones. Pero sobretodo, continuar viviendo de las mismas actividades ya conocidas sin incentivar o motivar la creación de nuevas empresas o proyectos que busquen agregar valor o disminuir nuestra dependencia de importaciones.

Ahora surge la necesidad de cambiar la matriz productiva ecuatoriana debido al aumento de la inversión pública, en comparación con la privada, llevada a cabo por los extraordinarios niveles de precio alcanzados por el petróleo en los últimos años. Pero el boom parece haberse afectado porque actualmente contamos, según el analista Walter Spurrier en su seminario sobre escenarios económicos 2013-2014, con una leve disminución en este precio, caída en la producción y perspectivas de desaceleración con un déficit esperado de alrededor de $3500 millones.

Esto explica la necesidad de cambio, sin perder de vista que los resultados se verán a mediano y largo plazo. Al inicio serán lentos porque se debe buscar mejorar la calidad de la educación y cambiar la mentalidad de la población, empresarios y burócratas, respecto a impulsar proyectos que exijan mejoras tecnológicas y comunicacionales.

Las propuestas planteadas en la nueva matriz consisten en alcanzar diversificación productiva desarrollando nuevos sectores tales como forestal,  biocombustibles y maricultura, industrias de refinería, petroquímica, astilleros, siderúrgica y metalurgia. Además, para sustituir importaciones, se considera incentivar industrias para que fabriquen productos que ahora se importan, por ejemplo: combustibles y energía, productos para la higiene. Al final se piensa producir con calidad cacao y otros productos tradicionales, desarrollar energía y turismo receptivo.

Para la inversión se busca introducir condiciones básicas de incentivo y mejora, generar una promoción adecuada y cooperación productiva con otros países. Todo esto basado en proyectos y sectores, utilizando fideicomisos, aprovechando la bolsa de valores y desarrollando franquicias.

También existe la necesidad de una red integral de transporte. Para esto, se considera construir 2.650 kilómetros de vías de calidad, construcción o modernización de 28 aeropuertos y los 4 mayores puertos nacionales en Guayaquil, Manta, Puerto Bolívar y Esmeraldas, lo cual se ha venido desarrollando desde hace algunos años y que permitirán competir con igualdad en el mercado internacional.

Con estas medidas, la meta final es desarrollar vanguardia y alcanzar la tan deseada competitividad necesaria para crecer económicamente y colocar al país como uno de los de mayor progreso de la región.