El Desequilibrio
Comercial Vulnera la Economía Ecuatoriana: 5 Años de Balanza Comercial Deficitaria.
Por:
Gabriela Vilela Govea, MSc.
Docente
Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, ESPOL
Analizando
la evolución de las variables macroeconómicas más importantes, se puede notar el
desequilibrio constante que ha venido arrastrando la economía ecuatoriana desde
el año 2009, en la balanza comercial.
Por
definición, la balanza comercial es el resultado de obtener la diferencia entre
las exportaciones y las importaciones que se realizan en un país. Importar es
realizar compras de bienes para uso del estado o para satisfacer la demanda
interna; mientras que, exportar significa vender la producción excedente en el exterior.
Como es
lógico suponer, hay un equilibrio cuando su saldo es cero, superávit cuando las
compras son menores que las ventas y déficit en el caso contrario. Más allá de
los números, su importancia radica en permitir saber cuán productivo y
competitivo es un país y conocer la evolución de las salidas de divisas
asociadas a sus diferentes actividades económicas.
En
términos generales, un aumento en el saldo positivo de la balanza se traduce en
el incremento de las ventas al extranjero, lo que puede ser producto de un
mayor tamaño de los mercados, de un mejor precio de los productos ya existentes
o la venta de nuevos productos. También puede ser por una disminución de las
compras, para aumentar la producción y competencia
local de los bienes que antes se importaban o por una reducción del consumo de
las personas.
El monto
de la balanza comercial se determina comparando las compras y ventas según
tipos de productos, por lo que, en nuestro país contrastamos las compras y
ventas petroleras y no petroleras. La primera mide el saldo neto de las
exportaciones e importaciones de petróleo y derivados desde y hacia el país;
mientras que, la segunda muestra el saldo de los productos que no son
petroleros, lo cual, permite entender mejor el comportamiento del sector
productivo sin la distorsión ocasionada por los constantes cambios del precio
del petróleo.
En cuanto
a su evolución temporal, según el boletín estadístico No. 1942 a Diciembre de
2013 publicado en la página web del Banco Central del Ecuador (BCE), el
saldo negativo de la balanza comercial no petrolera ha sido una constante
en los últimos años y, hasta Noviembre, se ubicó en -$8.651,89 lo que
representa una variación del 5.23% comparado con el saldo obtenido en el mismo
período del 2012 de -$8.221,94.
Igualmente
se establece que la balanza petrolera a la misma fecha ha mantenido un saldo
favorable de $7.299,96 lo cual muestra una disminución del 5.38% comparado con
su período anterior que se ubicó en $7.715,19. Esta variación negativa puede
atribuirse a la baja del valor unitario promedio del barril de crudo junto a un
aumento en las compras de combustibles y lubricantes.
Aunque la
balanza petrolera ha tenido saldos positivos en los últimos años, la balanza
comercial total ha sido permanentemente negativa. Según datos del BCE, el
último saldo positivo de esta variable fue en el año 2008 por $1.081,02 y de
ahí en adelante ha sido deficitaria, tanto que hasta Noviembre del 2013 fue de
-$1.351,93.
EVOLUCIÓN BALANZA COMERCIAL
|
|||
AÑOS
|
SALDO NETO
|
PETROLERA
|
NO PETROLERA
|
2008
|
$ 1.081,02
|
$ 8.362,76
|
-$
7.281,74
|
2009
|
-$ 233,85
|
$ 4.626,33
|
-$
4.860,18
|
2010
|
-$ 1.978,73
|
$ 5.630,40
|
-$
7.609,13
|
2011
|
-$ 829,50
|
$ 7.858,33
|
-$
8.687,83
|
2012
|
-$ 440,61
|
$ 8.350,68
|
-$
8.791,29
|
2013*
|
-$ 1.351,93
|
$ 7.299,96
|
-$
8.651,89
|
Fuente: Boletín estadístico mensual 1942, BCE
|
|||
*Enero
a Noviembre
|
Estos
datos permiten comprender que, pese a la compensación existente entre los
aumentos y disminuciones de operaciones por productos petroleros y no
petroleros, nuestro país depende del petróleo como el principal producto de
exportación.
Ante
estos resultados, convendría establecer medidas para contrarrestar los efectos
del déficit de productos no petroleros tales como mantener un mayor control del
gasto público, un aumento de la apertura comercial e incentivos necesarios para
la inversión privada y extranjera directa, lo cual conllevaría a un crecimiento
de las actividades del sector productivo y de las exportaciones y no pensar que
solo restringiendo las importaciones se puede revertir la situación.