miércoles, 18 de junio de 2014

Balanza comercial



El Desequilibrio Comercial Vulnera la Economía Ecuatoriana: 5 Años de Balanza Comercial Deficitaria.

Por: Gabriela Vilela Govea, MSc.
Docente Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, ESPOL

Analizando la evolución de las variables macroeconómicas más importantes, se puede notar el desequilibrio constante que ha venido arrastrando la economía ecuatoriana desde el año 2009, en la balanza comercial.

Por definición, la balanza comercial es el resultado de obtener la diferencia entre las exportaciones y las importaciones que se realizan en un país. Importar es realizar compras de bienes para uso del estado o para satisfacer la demanda interna; mientras que, exportar significa vender la producción excedente en el exterior.

Como es lógico suponer, hay un equilibrio cuando su saldo es cero, superávit cuando las compras son menores que las ventas y déficit en el caso contrario. Más allá de los números, su importancia radica en permitir saber cuán productivo y competitivo es un país y conocer la evolución de las salidas de divisas asociadas a sus diferentes actividades económicas.

En términos generales, un aumento en el saldo positivo de la balanza se traduce en el incremento de las ventas al extranjero, lo que puede ser producto de un mayor tamaño de los mercados, de un mejor precio de los productos ya existentes o la venta de nuevos productos. También puede ser por una disminución de las compras, para aumentar la producción y competencia local de los bienes que antes se importaban o por una reducción del consumo de las personas.

El monto de la balanza comercial se determina comparando las compras y ventas según tipos de productos, por lo que, en nuestro país contrastamos las compras y ventas petroleras y no petroleras. La primera mide el saldo neto de las exportaciones e importaciones de petróleo y derivados desde y hacia el país; mientras que, la segunda muestra el saldo de los productos que no son petroleros, lo cual, permite entender mejor el comportamiento del sector productivo sin la distorsión ocasionada por los constantes cambios del precio del petróleo.

En cuanto a su evolución temporal, según el boletín estadístico No. 1942 a Diciembre de 2013 publicado en la página web del Banco Central del Ecuador (BCE), el saldo  negativo de la balanza comercial no petrolera ha sido una constante en los últimos años y, hasta Noviembre, se ubicó en -$8.651,89 lo que representa una variación del 5.23% comparado con el saldo obtenido en el mismo período del 2012 de -$8.221,94.

Igualmente se establece que la balanza petrolera a la misma fecha ha mantenido un saldo favorable de $7.299,96 lo cual muestra una disminución del 5.38% comparado con su período anterior que se ubicó en $7.715,19. Esta variación negativa puede atribuirse a la baja del valor unitario promedio del barril de crudo junto a un aumento en las compras de combustibles y lubricantes.

Aunque la balanza petrolera ha tenido saldos positivos en los últimos años, la balanza comercial total ha sido permanentemente negativa. Según datos del BCE, el último saldo positivo de esta variable fue en el año 2008 por $1.081,02 y de ahí en adelante ha sido deficitaria, tanto que hasta Noviembre del 2013 fue de -$1.351,93.

EVOLUCIÓN BALANZA COMERCIAL
AÑOS
SALDO NETO
PETROLERA
NO PETROLERA
2008
 $       1.081,02
 $     8.362,76
-$           7.281,74
2009
-$          233,85
 $     4.626,33
-$           4.860,18
2010
-$       1.978,73
 $     5.630,40
-$           7.609,13
2011
-$          829,50
 $     7.858,33
-$           8.687,83
2012
-$          440,61
 $     8.350,68
-$           8.791,29
2013*
-$       1.351,93
 $     7.299,96
-$           8.651,89
Fuente: Boletín estadístico mensual 1942, BCE

*Enero a Noviembre



Estos datos permiten comprender que, pese a la compensación existente entre los aumentos y disminuciones de operaciones por productos petroleros y no petroleros, nuestro país depende del petróleo como el principal producto de exportación. 

Ante estos resultados, convendría establecer medidas para contrarrestar los efectos del déficit de productos no petroleros tales como mantener un mayor control del gasto público, un aumento de la apertura comercial e incentivos necesarios para la inversión privada y extranjera directa, lo cual conllevaría a un crecimiento de las actividades del sector productivo y de las exportaciones y no pensar que solo restringiendo las importaciones se puede revertir la situación.